En un momento en que el proceso de globalización en el mundo físico enfrenta obstáculos, un nuevo modelo de globalización está surgiendo silenciosamente en el ámbito digital. En 2024, más de la mitad de la población mundial en países y regiones celebrará elecciones, mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania y la situación en Oriente Medio continúan siendo inestables. Estos eventos reflejan los desafíos que enfrenta la narrativa de la globalización tradicional.
Sin embargo, lo que contrasta marcadamente es el florecimiento del sector de activos criptográficos. Actualmente, más de la mitad de los países y regiones (119 países y 4 territorios británicos) han legalizado los activos criptográficos. Desde que El Salvador se convirtió en el primer país en incorporar Bitcoin en su sistema de moneda de curso legal en 2021, varios países en desarrollo han seguido su ejemplo. A principios de 2024, Estados Unidos aprobó 11 ETF de Bitcoin al contado, lo que marca la entrada oficial de Bitcoin en el mercado financiero convencional. Además, un importante compromiso hecho por un político durante un año electoral ha desencadenado una nueva ola de adopción de activos criptográficos por parte de los Estados soberanos, impulsando aún más el proceso de globalización de los activos criptográficos.
Reflexiones de los países desarrollados sobre la globalización
Una vez, la globalización fue vista por los países desarrollados como una herramienta para moldear el orden económico global. El flujo transfronterizo de capital e industria mejoró la eficiencia de la producción global, ayudando a los países desarrollados a lograr una transición de la manufactura a la tecnología de alto valor añadido y a los servicios financieros, al mismo tiempo que ofrecía a los consumidores productos a un costo más bajo.
Sin embargo, este proceso también ha sembrado profundas contradicciones estructurales. Uno de los problemas más significativos es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Tomando como ejemplo a Estados Unidos, su coeficiente de Gini aumentó del 34.7% en 1980 al 41.3% en 2019, lo que representa un incremento del 19% en el grado de desigualdad en los ingresos. Aunque en 2020 hubo una caída, luego volvió a subir a niveles altos, y el problema de la distribución de ingresos sigue siendo grave.
Además, la posición dominante de los países desarrollados en la producción global también ha estado disminuyendo. La participación del PIB global de los países BRICS ha aumentado del 7.7% en 2000 al 37.4% en 2023, mientras que las participaciones de Estados Unidos y la Unión Europea han disminuido respectivamente. En el ámbito de la manufactura, la participación global de los países desarrollados ha caído del más del 70% en 2000 a aproximadamente el 45% en 2023, mientras que la participación del valor agregado de la manufactura en la región de Asia Oriental y el Pacífico ha aumentado significativamente.
Al mismo tiempo, los países desarrollados enfrentan un problema de deuda pública cada vez más grave. La deuda del gobierno de los Estados Unidos como porcentaje del PIB ha aumentado del 58% en 2000 al 98% en 2023, mientras que Japón ha mantenido su deuda por encima del 200% durante mucho tiempo. Estos problemas estructurales económicos destacan el desequilibrio en la distribución de beneficios y la transferencia de riesgos que ha traído la globalización, lo que obliga a los países desarrollados a reexaminar el sistema de globalización que ellos lideran y su sostenibilidad.
Dominio digital: la nueva frontera de la globalización
Mientras los modelos de globalización tradicionales enfrentan desafíos, el mercado de activos criptográficos, representado por Bitcoin, está abriendo una nueva frontera de globalización. Esta "nueva tierra digital" no solo rompe las limitaciones de las fronteras geográficas, sino que también desafía el modelo inherente dominado por un único centro de poder. A través de mecanismos de consenso y medios técnicos a nivel global, establece un nuevo sistema de confianza que sienta las bases para una nueva forma de globalización.
En el contexto del aumento de la tendencia de "desglobalización" en la economía real y la escalada de tensiones geopolíticas, el mercado de criptomonedas está convirtiéndose gradualmente en una nueva "válvula de escape". En 2024, Bitcoin se sitúa a la cabeza de las clases de activos con un rendimiento anual del 128%. Desde la perspectiva de la capitalización de mercado, Bitcoin ha superado a la plata, convirtiéndose en el octavo activo más grande del mundo, lo que resalta su nueva posición en el sistema financiero tradicional.
La característica de la criptomoneda de no tener fronteras impulsa la formación de nuevos mercados globales. En el contexto de conflictos geopolíticos y limitaciones en el flujo de capital, las criptomonedas han demostrado su singular función económica de "despolitización". Por ejemplo, después de que un país sufriera sanciones del sistema de pagos internacionales, parte de la actividad económica se trasladó a activos criptográficos, mostrando la flexibilidad y la característica de despolitización de los activos criptográficos en la respuesta a conflictos internacionales.
Mirando más profundamente, los activos criptográficos están impulsando un nuevo modelo económico que no depende de centros de poder. Este sistema basado en la confianza tecnológica reemplaza la confianza institucional tradicional. En este mundo de confianza dominado por algoritmos, el verdadero poder ya no proviene de una única entidad de poder, sino de la participación y garantía conjunta de innumerables nodos en todo el mundo.
Este mecanismo de confianza proporciona una nueva base para la colaboración global. El comercio ininterrumpido de activos criptográficos las 24 horas y su atributo sin fronteras superan las limitaciones de religión, festividades y fronteras. En un mundo dividido por la desglobalización, los activos criptográficos ofrecen nuevas posibilidades para cruzar las divisiones y reconstruir el orden.
En un momento en que la globalización del mundo físico enfrenta desafíos, un nuevo modelo de globalización en el ámbito digital está emergiendo, ofreciendo nuevas ideas y posibilidades para la reestructuración del orden económico mundial.
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SelfMadeRuggee
· hace23h
¡No importa cuán compleja sea la geopolítica, no afectará el precio de la moneda! ¡btc es la verdadera globalización!
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BearMarketBuyer
· 08-06 07:44
¿Lejos estará el bull run? jejeje
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RumbleValidator
· 08-06 07:43
123 países son realmente fáciles de contar, la lógica de distribución de nodos de verificación es perfecta
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ClassicDumpster
· 08-06 07:38
Otra vez es un buen momento para tomar a la gente por tonta.
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LuckyBlindCat
· 08-06 07:34
¡Bitcoin, el dios eterno!
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ChainSpy
· 08-06 07:24
btc destaca por sí solo, el próximo año To the moon
El activo digital lidera una nueva globalización, Bitcoin supera las limitaciones geopolíticas.
Mundo Digital: Un Nuevo Campo de Globalización
En un momento en que el proceso de globalización en el mundo físico enfrenta obstáculos, un nuevo modelo de globalización está surgiendo silenciosamente en el ámbito digital. En 2024, más de la mitad de la población mundial en países y regiones celebrará elecciones, mientras que el conflicto entre Rusia y Ucrania y la situación en Oriente Medio continúan siendo inestables. Estos eventos reflejan los desafíos que enfrenta la narrativa de la globalización tradicional.
Sin embargo, lo que contrasta marcadamente es el florecimiento del sector de activos criptográficos. Actualmente, más de la mitad de los países y regiones (119 países y 4 territorios británicos) han legalizado los activos criptográficos. Desde que El Salvador se convirtió en el primer país en incorporar Bitcoin en su sistema de moneda de curso legal en 2021, varios países en desarrollo han seguido su ejemplo. A principios de 2024, Estados Unidos aprobó 11 ETF de Bitcoin al contado, lo que marca la entrada oficial de Bitcoin en el mercado financiero convencional. Además, un importante compromiso hecho por un político durante un año electoral ha desencadenado una nueva ola de adopción de activos criptográficos por parte de los Estados soberanos, impulsando aún más el proceso de globalización de los activos criptográficos.
Reflexiones de los países desarrollados sobre la globalización
Una vez, la globalización fue vista por los países desarrollados como una herramienta para moldear el orden económico global. El flujo transfronterizo de capital e industria mejoró la eficiencia de la producción global, ayudando a los países desarrollados a lograr una transición de la manufactura a la tecnología de alto valor añadido y a los servicios financieros, al mismo tiempo que ofrecía a los consumidores productos a un costo más bajo.
Sin embargo, este proceso también ha sembrado profundas contradicciones estructurales. Uno de los problemas más significativos es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Tomando como ejemplo a Estados Unidos, su coeficiente de Gini aumentó del 34.7% en 1980 al 41.3% en 2019, lo que representa un incremento del 19% en el grado de desigualdad en los ingresos. Aunque en 2020 hubo una caída, luego volvió a subir a niveles altos, y el problema de la distribución de ingresos sigue siendo grave.
Además, la posición dominante de los países desarrollados en la producción global también ha estado disminuyendo. La participación del PIB global de los países BRICS ha aumentado del 7.7% en 2000 al 37.4% en 2023, mientras que las participaciones de Estados Unidos y la Unión Europea han disminuido respectivamente. En el ámbito de la manufactura, la participación global de los países desarrollados ha caído del más del 70% en 2000 a aproximadamente el 45% en 2023, mientras que la participación del valor agregado de la manufactura en la región de Asia Oriental y el Pacífico ha aumentado significativamente.
Al mismo tiempo, los países desarrollados enfrentan un problema de deuda pública cada vez más grave. La deuda del gobierno de los Estados Unidos como porcentaje del PIB ha aumentado del 58% en 2000 al 98% en 2023, mientras que Japón ha mantenido su deuda por encima del 200% durante mucho tiempo. Estos problemas estructurales económicos destacan el desequilibrio en la distribución de beneficios y la transferencia de riesgos que ha traído la globalización, lo que obliga a los países desarrollados a reexaminar el sistema de globalización que ellos lideran y su sostenibilidad.
Dominio digital: la nueva frontera de la globalización
Mientras los modelos de globalización tradicionales enfrentan desafíos, el mercado de activos criptográficos, representado por Bitcoin, está abriendo una nueva frontera de globalización. Esta "nueva tierra digital" no solo rompe las limitaciones de las fronteras geográficas, sino que también desafía el modelo inherente dominado por un único centro de poder. A través de mecanismos de consenso y medios técnicos a nivel global, establece un nuevo sistema de confianza que sienta las bases para una nueva forma de globalización.
En el contexto del aumento de la tendencia de "desglobalización" en la economía real y la escalada de tensiones geopolíticas, el mercado de criptomonedas está convirtiéndose gradualmente en una nueva "válvula de escape". En 2024, Bitcoin se sitúa a la cabeza de las clases de activos con un rendimiento anual del 128%. Desde la perspectiva de la capitalización de mercado, Bitcoin ha superado a la plata, convirtiéndose en el octavo activo más grande del mundo, lo que resalta su nueva posición en el sistema financiero tradicional.
La característica de la criptomoneda de no tener fronteras impulsa la formación de nuevos mercados globales. En el contexto de conflictos geopolíticos y limitaciones en el flujo de capital, las criptomonedas han demostrado su singular función económica de "despolitización". Por ejemplo, después de que un país sufriera sanciones del sistema de pagos internacionales, parte de la actividad económica se trasladó a activos criptográficos, mostrando la flexibilidad y la característica de despolitización de los activos criptográficos en la respuesta a conflictos internacionales.
Mirando más profundamente, los activos criptográficos están impulsando un nuevo modelo económico que no depende de centros de poder. Este sistema basado en la confianza tecnológica reemplaza la confianza institucional tradicional. En este mundo de confianza dominado por algoritmos, el verdadero poder ya no proviene de una única entidad de poder, sino de la participación y garantía conjunta de innumerables nodos en todo el mundo.
Este mecanismo de confianza proporciona una nueva base para la colaboración global. El comercio ininterrumpido de activos criptográficos las 24 horas y su atributo sin fronteras superan las limitaciones de religión, festividades y fronteras. En un mundo dividido por la desglobalización, los activos criptográficos ofrecen nuevas posibilidades para cruzar las divisiones y reconstruir el orden.
En un momento en que la globalización del mundo físico enfrenta desafíos, un nuevo modelo de globalización en el ámbito digital está emergiendo, ofreciendo nuevas ideas y posibilidades para la reestructuración del orden económico mundial.