Un abuelo de 60 años llegó con una gran barriga para participar en una competición de culturismo, y al bajar tenía el rostro empapado en sudor, sospechando que su pareja le había puesto una trampa.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Un abuelo de 60 años llegó con una gran barriga para participar en una competición de culturismo, y al bajar tenía el rostro empapado en sudor, sospechando que su pareja le había puesto una trampa.